Comenzaremos con el puré verde. Para ello, ponemos en una olla abundante agua, a la que añadimos una pizca de sal y una pizca de bicarbonato.
En cuanto comience a hervir añadimos 100 gramos de espinacas, 80 gramos de perejil y 40 gramos de cebollino. Esperamos a que vuelva a hervir el agua y lo dejamos un par de minutos.
Sacamos las hierbas del agua hirviendo y las introducimos en agua con hielo. Reservad el agua de la cocción.
Una vez hayan enfriado, escurrimos bien con las manos y las echamos en un bol apto para la batidora. Añadimos un cazo del agua de cocción que hemos reservado y trituramos bien. Deberemos conseguir un pure algo espeso de un color verde intenso.
Ahora vamos a preparar la quinoa. Usaremos 200 gramos, o una bolsita doypack de la marca Laybé.
Con la ayuda de un colador, pasamos por el grifo las semillas y luego las dejamos 10 minutos a remojo en un bol con agua. Podemos repetir este proceso un par de veces más hasta que el agua salga lo más transparente posible.
Ponemos a calentar en una cazuela el caldo de verduras.
En una olla con un poco de aceite de oliva, añadimos 100 gramos de chalotas y 100 gramos de cebolleta picada. Dejamos que se cocinen a fuego medio-bajo. Se tienen que quedar transparente, no dorar.
Añadimos una pizca de sal y, para darle más sabor, una cucharadita de tomillo limonero de la marca Laybé. Removemos bien y dejamos cocinar la cebolla.
Una vez la cebolla esté lista, añadimos los 200 gramos de quinoa que hemos lavado.
Vamos a añadir 150 mililitros de un buen txakoli vizcaíno con denominación de origen. En nuestro caso utilizaremos este fantástico Ugabe. Removemos la quinoa y dejamos reducir el txakoli.
Cuando el txakoli se consuma echamos un par de cazos de caldo caliente. Vamos removiendo de vez en cuando y, a medida que el caldo se consuma, lo repondremos de nuevo. Así, hasta que la quinoa esté cocinada. Más o menos de 14 a 17 minutos.
Una vez esté la quinoa, apartamos del fuego y añadimos 40 gramos de mantequilla y un buen chorretón de aceite de oliva. En nuestro caso un aceite de la variedad Arróniz de la marca Hamalau.
Partimos una cuña de unos 50 gramos de un buen queso Idiazábal como este Onandi. Lo rallaremos finamente y lo añadimos al falso risotto. Mezclamos bien para que se integre.
Finalmente echamos el puré de hierbas y mezclamos. Obtendremos un falso risotto con un color verde intenso y un sabor increíble.
Solo queda servir, añadir un poco más de queso Idiazábal Onandi y disfrutar. Será un platazo en toda regla.
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