¡Bienvenidos gourmets! Hoy vamos a ver una forma distinta de degustar los espárragos blancos de Navarra, vamos a elaborar una cremosa mousse de espárragos con un crujiente de queso y un toque de jamón serrano. Receta muy sencilla y que nos permitirá tenerla lista con antelación. ¡Comenzamos!
Recuerda que tienes esta receta y muchas más en nuestro canal de Youtube.
Los espárragos blancos de Navarra son famosos por su delicadeza y sabor, lo que los convierte en el ingrediente principal perfecto para una mousse suave, ligera y extremadamente sabrosa como la que presentamos. Esta receta, al integrar la textura cremosa de la mousse con el crujiente de un buen queso y la riqueza del jamón, crea un contraste irresistible que sorprende al paladar.
Esta mousse de espárragos es ideal para ofrecer en eventos especiales, como aperitivo en una reunión con amigos o como un inicio ligero para una cena. Además, la facilidad y rapidez de su preparación, que contrasta con su resultado final espectacular, la convierten en una elección perfecta para aquellos que buscan disfrutar de la cocina gourmet sin pasar horas en la cocina.
Creednos cuando os decimos que este plato está riquísimo, ofrece una forma original y extremadamente sabrosa de disfrutar de los espárragos blancos. Sin lugar a dudas, triunfará en casa y conquistará los paladares de todos, ¡garantizado!
Recordad que como productos de calidad hemos utilizado las especias de Laybé y conservas de Lodosa.
Cómo hacer una mousse cremosa de espárragos con crujiente de queso
NOTA: Recordad que al final de la receta tenéis el vídeo con todos los pasos.
Hoy vamos a ver una forma distinta de degustar los espárragos blancos de Navarra, vamos a elaborar una cremosa mousse de espárragos con un crujiente de queso y un toque de jamón serrano. Receta muy sencilla y que nos permitirá tenerla lista con antelación.
Comenzamos poniendo en una sartén a fuego medio 25 gramos de mantequilla y esperamos a que se derrita.
En ese momento, añadimos 50 gramos de cebolla y otros 50 gramos de puerro en trozos pequeños. Dejamos cocinando, removiendo de vez en cuando, durante 10 minutos aproximadamente.
Mientras, abrimos una lata de unos espárragos de gran calidad, como estos de Conservas Lodosa. Los escurrimos bien, por lo que se nos quedarán en unos 250 gramos de espárragos, y vamos a cortarlos. Reservamos las puntas, que es la parte más jugosa, para decorar los vasos, y el resto del espárrago, lo cortamos en trozos más pequeños.
Una vez tengamos el puerro cocinado, añadimos los 100 mililitros de caldo de verdura, agua si no tenemos caldo, y 200 mililitros de nata de cocinar.
Añadimos a la sartén, los trozos de espárragos que hemos cortado antes, una pizca de nuez moscada de la marca Laybé, también una pizca de pimienta negra molida y una pizca de sal. Removemos y dejamos cocinar a fuego medio 2 minutos.
Mientras tanto, dejamos hidratando en agua fría un par de hojas de gelatinas durante 5 minutos.
Pasado dos o tres minutos cocinando habrá reducido la salsa. Lo pasamos a un vaso apto para batidora y trituramos muy bien. Si vemos que queda algún trozo molesto, podemos colar la crema.
Escurrimos muy bien las dos láminas de gelatina, para quitar toda el agua sobrante, y las añadimos a la crema de espárragos que aún está caliente. Batimos con unas varillas para integrar bien la gelatina.
Dejamos que la crema se vaya templando, y mientras tanto vamos a batir las claras de 2 huevos a punto de nieve. Esto es, batirlas hasta que la espuma esté tan compacta que no se cae del bol si lo vuelcas.
Una vez la crema esté a temperatura ambiente, integramos poco a poco las claras con movimientos suaves y envolventes. Es importante no batir para no perder el aire que aporta las claras, así que con paciencia vamos mezclando muy suavemente.
Servimos la mezcla en vasos individuales o copas. Las dejaremos al menos 1 hora en el frigorífico.
Para dar un toque a la receta, vamos a poner una sartén a fuego medio-alto. En ella ponemos 4 montoncitos del queso rallado que más te guste, en nuestro caso hemos rallado un queso Idiazábal.
Aplastamos con cuidado cada montoncito para que se haga una costra fina de queso. Le damos la vuelta cuando se haya dorado y tras unos minutos retiramos y dejamos enfriar.
Ya solo queda decorar el vaso, añadiendo un crujiente de queso a cada uno, un par de yemas o puntas de espárragos que habíamos reservado y unas láminas de un rico jamón serrano.
Ingredientes
Instrucciones
Comenzamos poniendo en una sartén a fuego medio 25 gramos de mantequilla y esperamos a que se derrita.
En ese momento, añadimos 50 gramos de cebolla y otros 50 gramos de puerro en trozos pequeños. Dejamos cocinando, removiendo de vez en cuando, durante 10 minutos aproximadamente.
Mientras, abrimos una lata de unos espárragos de gran calidad, como estos de Conservas Lodosa. Los escurrimos bien, por lo que se nos quedarán en unos 250 gramos de espárragos, y vamos a cortarlos. Reservamos las puntas, que es la parte más jugosa, para decorar los vasos, y el resto del espárrago, lo cortamos en trozos más pequeños.
Una vez tengamos el puerro cocinado, añadimos los 100 mililitros de caldo de verdura, agua si no tenemos caldo, y 200 mililitros de nata de cocinar.
Añadimos a la sartén, los trozos de espárragos que hemos cortado antes, una pizca de nuez moscada de la marca Laybé, también una pizca de pimienta negra molida y una pizca de sal. Removemos y dejamos cocinar a fuego medio 2 minutos.
Mientras tanto, dejamos hidratando en agua fría un par de hojas de gelatinas durante 5 minutos.
Pasado dos o tres minutos cocinando habrá reducido la salsa. Lo pasamos a un vaso apto para batidora y trituramos muy bien. Si vemos que queda algún trozo molesto, podemos colar la crema.
Escurrimos muy bien las dos láminas de gelatina, para quitar toda el agua sobrante, y las añadimos a la crema de espárragos que aún está caliente. Batimos con unas varillas para integrar bien la gelatina.
Dejamos que la crema se vaya templando, y mientras tanto vamos a batir las claras de 2 huevos a punto de nieve. Esto es, batirlas hasta que la espuma esté tan compacta que no se cae del bol si lo vuelcas.
Una vez la crema esté a temperatura ambiente, integramos poco a poco las claras con movimientos suaves y envolventes. Es importante no batir para no perder el aire que aporta las claras, así que con paciencia vamos mezclando muy suavemente.
Servimos la mezcla en vasos individuales o copas. Las dejaremos al menos 1 hora en el frigorífico.
Para dar un toque a la receta, vamos a poner una sartén a fuego medio-alto. En ella ponemos 4 montoncitos del queso rallado que más te guste, en nuestro caso hemos rallado un queso Idiazábal.
Aplastamos con cuidado cada montoncito para que se haga una costra fina de queso. Le damos la vuelta cuando se haya dorado y tras unos minutos retiramos y dejamos enfriar.
Ya solo queda decorar el vaso, añadiendo un crujiente de queso a cada uno, un par de yemas o puntas de espárragos que habíamos reservado y unas láminas de un rico jamón serrano.
Notes
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